Muchos años atrás no visitaba scorts, no era lo mío, masajes con final feliz era mi debilidad. En dos ocasiones al menos, mi masajista quedó tan prendida que terminé estokando a petición de la musa, sin dinero de por medio, sólo por la calentura. Una de ellas fue la jefa que a falta de staff me realizó el masaje con piedras calientes, aceites y demases. Terminamos en contacto e incluso con ana y un tríol. Gloriosos recuerdos, urra!! exclamarían los camaradas en tiempo de la URSS!! Bendita juventud!!