Cuando era joven, en una época pre internet, el término equivalente era "arrastrado". Y no se aplicaba exclusivamente a las relaciones con musas, sino a lass relaciones con el sexo opuesto en general. Pero la diferencia más notable es que se trataba de algo temporal: un comportamiento en el que uno podía caer (y del cual salir, por ende), pero no necesariamente algo que te definía. En algún momento la cuestión se volvió binaria: se es simp, o no. Rara la weá...