Nombre: @Eimy22
Edad: 22
Estatura: 1.65
Internet: Sector VIP
Precio: 60 lucas
Ubicación: Los Leones
Lugar: Depto
Conserje: No hay
Teléfono: +56975457453
Comunicación: Muy buena, súper personalizada, respondió todo al tiro.
Notas del servicio (1 a 7):
Contextura: 7 — Delgadita, pero con sus tetazas que se roban la película.
Rostro: Blanquita, con facciones lindas que te atrapan.
% Photoshop: Cero, tal cual como en las fotos.
Trato: Excelente, es simpática y súper extrovertida.
Besos: Ricos, con lengua, bien metida en el juego.
Tetas: Hechas, pero bien hechas. Se ven y se sienten naturales, pezón rosadito.
Cola: Rica, aunque le falta un poco de gym, es su punto más bajo si soy sincero.
Pussy: Limpiecita, depilada, sin ningún olor raro.
Anal: No lo pregunté.
Oral: Profundo y con técnica, se nota que sabe lo que hace.
Meneo: Un 7 — estilo batidora, se movía como si leyera la mente.
Sonido: Gemidos reales, nada fingido.
Ambiente: Todo limpio, con rico aroma, muy cómodo.
Precio v/s Calidad: Vale cada peso de los 60 mil.
Llegué sin problema, el lugar piola y con estacionamiento cómodo. Me abrió la puerta con una lencería verde diminuta... y altiro quedé marcando ocupado. Buena onda, sonrisa rica, y me ofreció la ducha al toque. Todo limpio, con ese aroma suave que te relaja pero igual te deja prendido.
Al salir, Eimy ya estaba lista en la cama. Empezamos con besos húmedos, lengua juguetona, y esa piel suavecita que te envuelve. Se subió arriba con ese ritmo que enloquece, sentía todo, me mojaba sin tener que hacer mucho.
Cuando bajó… ufff. Se lo llevó entero, sin apuro, con una lengua viva y una técnica que te desconecta del planeta. Me vine con ganas, sin filtro, y ella lo disfrutaba como si fuera suyo.
Después de un pequeño break, segunda ronda con todo. Misionero mirando esos ojazos, después perrito donde su tremendo culo se luce como debe. Se movía fuerte, gemía rico, me tenía al borde. Terminé dentro, sin aire y con la media sonrisa.
Eimy es real, rica, y se entrega sin apuro. Es limpia, jugada, y con una atención de esas que no se olvidan. Una experiencia redondita que vale cada minuto y que dan ganas de repetir sin pensarlo.